El Verbo se hizo carne

Y habitó entre nosotros (Jn. 1,14)

En la Biblia hay cosas fáciles de entender. Cosas que entiende todo el mundo. Por ejemplo: cuando el anciano Tobías, en el lecho de muerte, dice a su hijo:
Trata a los demás como quieres que traten a tí.
O Jesús en el Evangelio, víspera de su muerte, dice a los Apóstoles:
En ésto conocerán que sois discípulos míos, en que os amáis los unos a los otros.
Pero también hay cosas difíciles de entender, sobre todo para quienes no tengan una cierta preparación en este campo. Es el caso de lo que se llama el prólogo del primer capítulo del Evangelio según San Juan, del que están tomadas las líneas que encabezan esta entrada.

¿Qué significa y a quién se refiere aquí el vocablo Verbo, escrito así con mayúscula?

Se refiere a Jesucristo, el Hijo de Dios hecho hombre. De él se dice que era Dios y que por Él fue hecho todo y sin Él no se hizo nada. Por tanto, se afirma su divinidad y que Él creó el mundo.

¿Qué significa aquí y a quién se refiere el vocablo Carne?

Aquí, carne significa la condición humana. Ser hombre. Ser humano. Lo expresa bien San Pablo cuando afirma que Jesucristo se hizo uno de nosotros; semejante en todo a nosotros, menos en el pecado.

El Evangelio de San Juan fue escrito en griego. Quizá el evangelista tomó estos dos vocablos de la Filosofía griega para hacerse entender mejor en la transmisión de su mensaje por sus primeros lectores, probablemente de cultura griega.

¿Qué significa y quienes se refiere Habitó entre nosotros?

Se refiere a este mundo. En primer lugar, a los judíos, que residían en el Israel de entonces, donde Jesús nació, creció, predicó y fue crucificado y donde, finalmente, resucitó.

Para tener una idea más completa de todo esto, vale la pena leer el mencionado prólogo completo. Y aprovecho para recordarles que este año dedicaremos todo el curso a temas bíblicos. Hay que formarse para saber dar razón de nuestra esperanza, como ya San Pedro en su tiempo decía a los primeros cristianos

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