Vivir y saber

Evidentemente, lo más importante es la vida; cómo se vive. Pero eso no quita que también sea importante el saber. Concedido el que uno/a puede saber mucho y ser muy malo/a. Uno/a puede haber leído toda la Biblia y los documentos del Concilio Vaticano II, y llevar muy mala vida. Pero concedido éso, sigue siendo verdad aquel aforismo de los filósofos escolásticos que afirmaba: Nihil vólitum quim praecognitum, que traducido al castellano suena así : No se puede querer lo que no se conoce. Se ha dicho que el que haya tantos bautizados que vivan como paganos, es decir, como si no fueran cristianos se debe, con frecuencia, a su falta de formación.

A qué viene todo ésto: recordarles que éso de la formación permanente, de la que tanto se habla hoy (en algún tiempo se aplicaba casi en exclusiva a los médicos) también tiene aplicación en lo referente a la Religión. Por ellos les invitamos a que:
  • Envíen a los niños a la Catequesis infantil. Pueden anotarlos a partir de los cuatro o cinco años.
  • Los preadolescentes que quieran confirmarse pueden iniciar su preparación a partir de los 12 años. No olviden que se trata de un sacramento importante y que, además, es becesario para ser padrino o madrina. La gente mayor que esté sin confirmar y quiera hacerlo, que hablen con el párroco y se le ofrecerá una preparación a su alcance.
  • Formación cristiana de adultos (FCA): Se trata de unas charlas-coloquio para informar y debatir sobre temas importantes y básicos en la formación cristiana. Se trata de capacitar a todo cristiano para que pueda hacer lo que San Pedro pedía a los primeros cristianos: Saber dar razón de su esperanza.

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