Transcribimos la 1ª parte de su homilía en la Misa del día 9 de Enero ultimo, porque nos pareció muy interesante y muy practica. El lector vera si comparte nuestra impresión:
Puedes tener defectos, estar ansioso y vivir irritado algunas veces, pero no te olvides que tu vida es la mayor empresa del mundo. Solo tú puedes evitar que vaya en decadencia.
Me gustaría que recordaras que ser feliz, no es tener un cielo sin tespentades, camino sin accidentes, trabajos sin cansancio, relaciones sin decepciones.
Ser feliz es encontrar fuerza en el perdón, esperanza en las batallas, seguridad en el palco del miedo, amor en los des encuentros.
Ser feliz no es valorizar la sonrisa, sino también reflexionar sobre la tristeza.
No es apenas conmemorar el éxito, sino aprender lecciones en los fracasos.
No es apenas tener alegría con los aplausos, si no tener alegría en el anonimato.
Ser feliz es reconocer que vale la pena vivir la vida, a pesar de todos los desafíos, incomprensiones, y periodos de crisis.
Ser feliz no es una fatalidad del destino, sino una conquista para quien sabe viajar para dentro de su propio ser.
Ser feliz es dejar de ser víctima de los problemas y volverse actor de la propia historia.
Ser feliz es: atravesar desiertos fuera de si, pero ser capaz de encontrar un oasis en lo recóndito de nuestro alma. Es dar gracias a Dios cada mañana por el milagro de la vida.
¡A que son luminosas estas palabras del Papa! Deja que su luz entre por la ventana de tu alma.
Seguramente te hará bien.
Puedes tener defectos, estar ansioso y vivir irritado algunas veces, pero no te olvides que tu vida es la mayor empresa del mundo. Solo tú puedes evitar que vaya en decadencia.
Me gustaría que recordaras que ser feliz, no es tener un cielo sin tespentades, camino sin accidentes, trabajos sin cansancio, relaciones sin decepciones.
Ser feliz es encontrar fuerza en el perdón, esperanza en las batallas, seguridad en el palco del miedo, amor en los des encuentros.
Ser feliz no es valorizar la sonrisa, sino también reflexionar sobre la tristeza.
No es apenas conmemorar el éxito, sino aprender lecciones en los fracasos.
No es apenas tener alegría con los aplausos, si no tener alegría en el anonimato.
Ser feliz es reconocer que vale la pena vivir la vida, a pesar de todos los desafíos, incomprensiones, y periodos de crisis.
Ser feliz no es una fatalidad del destino, sino una conquista para quien sabe viajar para dentro de su propio ser.
Ser feliz es dejar de ser víctima de los problemas y volverse actor de la propia historia.
Ser feliz es: atravesar desiertos fuera de si, pero ser capaz de encontrar un oasis en lo recóndito de nuestro alma. Es dar gracias a Dios cada mañana por el milagro de la vida.
¡A que son luminosas estas palabras del Papa! Deja que su luz entre por la ventana de tu alma.
Seguramente te hará bien.
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