El Patrón de esta Parroquia: SAN ROSENDO

A continuación, recogemos un artículo elaborado por nuestra querida catequista Sesa sobre San Rosendo, nuestro patrono:

Nace Rosendo en el año 907 (siglo X) en una familia noble. Son sus padres el Conde Gutierrez Menéndez y su madre Ilduara Eiriz (oriunda de Portomarín, Lugo).

Estudia en Mondoñedo donde recibe de su tío paterno una esmerada formación que completa en un convento benedictino - probablemente en Portomarín- donde estudió letras y ciencias, las Sagradas Escrituras y leyó a los Santos Padres.

Dicen sus biógrafos que era un joven de palabras dulces y eficaces, amigo de la oración y aplicado en los estudios, modesto, alegre y feliz ( sin ligerezas ), de rostro agradable … Era tal su saber y buen comportamiento que a los doce años los nobles lo asocian a sus gobiernos, a sus decisiones y a sus escrituras.

Quiso llevar una vida de pobreza, castidad y obediencia bajo la orden de San Benito pero sus obligaciones le exigen regir con sólo 18 años, la diócesis de Mondoñedo-Foz. Cuando llegó a este pueblo pide a Dios le dé "paz" y trabajó para conseguirla siguiendo su escudo de armas que había cambiado conservando en él la Cruz de oro y poniendo un compás y un espejo.

Podemos sintetizarlo así:
  • La cruz de oro, para emplear la riqueza al servicio de CRISTO crucificado, levantando iglesias y monasterios para poder expandir el reino cristiano y hacer frente a las incursiones de los Califas árabes que pretendían el control de la Península Ibérica.
  • El compás, significando "orden en las familias y los pueblos" pues era época de conflictos. El Santo conquista la paz hablando con la nobleza eclesiástica (abades) y con la civil para conseguir reconciliaciones y dirimir contiendas.
  • El espejo, exigiendo "limpieza de corazón a los eclesiásticos y a los fieles" dando constante e intachable ejemplaridad: abolió la esclavitud empezando por sus propios siervos, animando así a que nobles y señores, lo hicieran.
Consigue de su familia las tierras necesarias para fundar un monasterio en Celanova (Ourense). En este convento de la orden benedictina es donde encontraría toda la tranquilidad  que deseaba pero, el rey Ordoño III lo nombra gobernador de todas las tierras de Celanova y su amplia comarca (abarcaba desde Riocaldo al sur de Galicia, hasta Santa Marta de Ortigueira, en la costa Cantábrica).

Él es el gran impulsor del monacato en toda esta zona (Asturias-León-Galicia) y por consiguiente, promotor de una arquitectura (arte astur-prorrománico) con influencia mozárabe-leonés (capilla de San Miguel de Celanova, Ourense). La importancia de estos monasterios es considerable pues además de afianzar y proteger las buenas costumbres cristianas, había que defender la costa ya que, las invasiones de los normandos y piratas tenían atemorizadas las gentes de allí. Estas fundaciones monacales resuelven los problemas pues los frailes enseñan a trabajar las tierras haciéndolas productivas. Comienzan con esto, los cimientos de los pueblos y villas.

Más tarde es, por aclamación de sus gentes, nombrado obispo de Santiago y desde allí asiste al Concilio de León. Pasado un tiempo pide ser reincorporado a su convento de Celanova, donde muere a la edad de 70 años. Allí se conserva su sepulcro.

Encontramos pues a este noble galaico, no sólo en el santoral de la Iglesia Católica –San Rosendo- sino también en la Historia del siglo X y en el Arte, pasando en su tiempo a ser Galicia el centro impulsor del espacio político cristiano.

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