El rezo de las tres avemarías es una especie de mini-rosario. Su origen se remonta al siglo XIII. Surge en Alemania de la mano de Santa Matilde, monja cisterciense, que por su hermosa voz fue llamada el ruiseñor de Dios. Matilde, deseando una "buena muerte", pedía insistentemente a la Virgen María que la amparase cuando llegase aquella hora decisiva y trascendental.
Un día se le apareció la Virgen y le dijo que estuviese tranquila, que sí, que ella estaría a su lado cuando llegase la hora de su muerte, pero que ella, a su vez debería recordarla todos los días rezando tres avemarías.
Ojalá en todos los hogares cristianos se rezasen, en familia mejor, al menos las tres avemarías. Es una devoción antigua, sencilla, fácil, y muy difundida sobre todo en países de centroeuropa, como Alemania y Austria. ¿Porqué no probáis, querido lector/a a hacerlo también en vuestro hogar? Sería una señal de que queréis hacer también de vuestro hogar una "Iglesia doméstica", que como llama al hogar cristiano el Concilio Vaticano II.
Un día se le apareció la Virgen y le dijo que estuviese tranquila, que sí, que ella estaría a su lado cuando llegase la hora de su muerte, pero que ella, a su vez debería recordarla todos los días rezando tres avemarías.
Ojalá en todos los hogares cristianos se rezasen, en familia mejor, al menos las tres avemarías. Es una devoción antigua, sencilla, fácil, y muy difundida sobre todo en países de centroeuropa, como Alemania y Austria. ¿Porqué no probáis, querido lector/a a hacerlo también en vuestro hogar? Sería una señal de que queréis hacer también de vuestro hogar una "Iglesia doméstica", que como llama al hogar cristiano el Concilio Vaticano II.
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