Es esta una imagen muy usada por San Pablo en sus cartas (Por ej.: Ef. 4, 20-24). Pero ¿qué entiende S. Pablo por “Hombre Nuevo”?.
Si los bautizados/as viviéramos reflejando en nuestra vida ese “Hombre Nuevo” del que habla San Pablo, el mundo sería otra cosa. No habría tanta violencia ni tanta injusticia ni tanta hambre. El mundo sería mucho más habitable y mucho más agradable para todos. ¿No crees, lector?
- El Hombre Nuevo no es el que vuelve a nacer físicamente (como mal entendió Nicodemo en su encuentro con Jesús: Jn. 3, 3-5), sino el que renueva, organiza y vive su vida según el modelo de persona (varón o mujer) que Dios nos ofrece en su hijo Jesucristo.
- El que orienta su vida hacia Dios, Creador, Señor y Padre. No prescinde de Él.
- El que orienta su vida hacia sus semejantes en actitud de solidaridad, hermandad y justicia, tratando a los demás como quiere que le traten a él.
- El que no se deja guiar por lo que apetece más y es más fácil, sino por lo más razonable y más justo y no va en contra de la ley de Dios (Mandamientos). De ahí que San Pablo insista tanto en la necesidad de controlar las pasiones, las tendencias instintivas, que no siempre son moralmente aceptables.
- No se trata de condenar el placer por ser placer, sino de no convertir el placer (el apetece o no apetece) en norma suprema de conducta.
- El hombre Nuevo del que habla San Pablo nace en el Bautismo y crece mediante una vida verdaderamente cristiana. (Jn. 3, 5).
Si los bautizados/as viviéramos reflejando en nuestra vida ese “Hombre Nuevo” del que habla San Pablo, el mundo sería otra cosa. No habría tanta violencia ni tanta injusticia ni tanta hambre. El mundo sería mucho más habitable y mucho más agradable para todos. ¿No crees, lector?
Comentarios
Publicar un comentario